La radiestesia es la facultad de percibir las "ondas" y las "radiaciones" que emiten los objetos y los cuerpos. Se refiere también a la capacidad de adivinar situaciones o momentos críticos de nuestra vida. Algunas personas, denominadas radiestesistas, poseen una sensibilidad especial para detectar estas ondas y estas situaciones y la utilizan tanto para predecir circunstancias de la vida como para encontrar corrientes de agua, vetas de minerales, restos arqueológicos, tesoros, cadáveres enterrados, objetos perdidos, personas y animales desaparecidos, etc., estén donde estén y aunque se hallen a una gran profundidad bajo tierra o a una distancia enorme. Para ello utilizan dos instrumentos: el péndulo o la varilla. Estas herramientas, trasmiten al radiestesista una especie de vibraciones que revelan el lugar donde se encuentra lo buscado o dan respuesta a consultas íntimas.
Aunque todavía muchos científicos opinan que la creencia en los péndulos y las varillas son pura superstición, lo cierto es que funciona, no se sabe por qué, pero funciona. Los resultados positivos obtenidos a través de la radiestesia, comprobados y demostrados, así lo certifican. De hecho muchos médicos, simpatizantes con el fenómeno de la radiestesia, la han utilizado para localizar órganos enfermos en las personas y como instrumento de diagnóstico médico. También dentro de los servicios policiales de algunas ciudades se ha acudido a esta práctica con el fin de encontrar personas que han desaparecido de sus hogares. Incluso durante la primera guerra mundial se utilizaron estos métodos para localizar minas y obuses que no habían estallado y permanecían todavía enterrados. A pesar de sus detractores, la radiestesia es una práctica que en la actualidad goza de muy buena salud y un gran número de radiestesistas hacen uso este don no sólo para realizar trabajos en el campo de la ciencia sino para labores mucho más sociales y humanitarias. Aunque se puede aplicar a todos los campos de la vida y a través de ella encontrar todo lo que uno busca, el aspecto más conocido es su uso en la localización de aguas subterráneas y minerales. Sin embargo su uso está también muy extendido dentro del mundo esotérico y se utiliza con bastante frecuencia para obtener respuestas sobre temas más personales y espirituales, por ser un método que da muy buen resultado en el campo de la adivinación y constituye un oráculo al que podemos recurrir cuando necesitamos una respuesta sobre algún tema concreto.
El péndulo
El péndulo es uno de los instrumentos utilizados por los radiestesistas para conseguir sus fines. Consiste en una masa suspendida de un hilo o una cadenita de entre 5 y 25 centímetros de longitud, de forma esférica o alargada, confeccionado generalmente en metal, madera o cristal. Se utiliza sosteniendo el hilo o la cadena con los dedos pulgar e índice teniendo la precaución de recoger los demás dedos para que no toquen el hilo. Lo suspendemos sobre el objeto del cual queremos obtener información, nos concentramos sobre el asunto a consultar y formulamos las preguntas de manera que el péndulo tenga la posibilidad de responder "sí" o "no". El péndulo gira de forma circular en un sentido o en otro dependiendo de las características de la persona que lo utiliza. Unas veces el "sí" estará relacionado con el movimiento circular de las agujas del reloj y el "no" con el movimiento circular contrario a las agujas del reloj. Otras veces será a la inversa (el "no" corresponde al sentido de las agujas del reloj y el "si" al sentido contrario a las agujas del reloj). Por eso es importante saber cómo se manifiesta el péndulo dependiendo de las características de la persona. A veces ocurre que la pregunta no está bien formulada y admite el "si" y el "no" como respuesta. En esos casos el péndulo tendrá un movimiento de vaivén "adelante-atrás", sin giro, de manera que no se manifestará en ningún momento hacia el "si" o el "no". En esta circunstancia habría que volver a formular la pregunta.
Un uso muy corriente del péndulo es buscar objetos, animales, personas, etc. utilizando un mapa. En este caso debemos colocarnos frente a él, dividirlo en varios cuadrantes y pasar el péndulo por cada uno e ellos. Cuando el péndulo empieza a girar nos está marcando la zona donde se encuentra el objeto que estamos buscando. Preferiblemente la mesa donde vamos a realizar el trabajo debería ser de madera y alejar los relojes u objetos metálicos o eléctricos, así como intentar que los pies toquen el suelo.
La varilla
Un uso muy corriente del péndulo es buscar objetos, animales, personas, etc. utilizando un mapa. En este caso debemos colocarnos frente a él, dividirlo en varios cuadrantes y pasar el péndulo por cada uno e ellos. Cuando el péndulo empieza a girar nos está marcando la zona donde se encuentra el objeto que estamos buscando. Preferiblemente la mesa donde vamos a realizar el trabajo debería ser de madera y alejar los relojes u objetos metálicos o eléctricos, así como intentar que los pies toquen el suelo.
La varilla
La varilla es otro de los instrumentos utilizados en radiestesia. Puede estar constituido por dos varillas en forma de "L"o una sola en forma de "Y". Suelen ser de madera o de metal y para utilizarlas se cogen de los dos extremos con las manos poniendo la varilla en sentido horizontal al suelo y dejando siempre libre el otro extremo. Cuando la persona camina por encima de terrenos donde existen manantiales, minerales, tesoros, restos arqueológicos, etc., la varilla le trasmite una especie de vibraciones que indican el lugar donde está lo que se busca. A las personas que poseen la facultad de encontrar aquello que está oculto debajo de la tierra, ya sea con el péndulo o las varillas, se les denominó "zahorí". Por eso las varillas reciben comúnmente el nombre de "varilla del zahorí".
Hay quienes opinan que en teoría todas las personas pueden llegar a ser radiestesistas porque todos tenemos, en mayor o menor medida, la facultad de percibir las ondas y radiaciones que emiten los objetos y los cuerpos. Y por lo tanto utilizar con éxito el péndulo o las varillas. Sin embargo, no es algo que se consigue en dos días sino que, como todo, se adquiere a base de práctica, fuerza de voluntad, entusiasmo, concentración y mucha paciencia, además tenemos que ser conscientes de que al principio las prácticas son monótonas y pesadas y que los resultados positivos pueden tardar en llegar. Pero si a pesar de todo queremos iniciarnos en esta práctica es necesario que sepamos que la concentración es uno de los requisitos más importantes dado que las distracciones pueden afectar a los resultados. Por eso debemos concentrar toda nuestra atención en el objetivo a buscar rechazando cualquier otro pensamiento. Si se quieren obtener resultados positivos se puede recurrir al tipo de concentración que se describe en el apartado "magia esotérica" que figura en esta web. Otro aspecto que no hay que olvidar es la autosugestión, enemigo número uno del radiestesista. No se debe buscar deseando que algo ocurra como nosotros queremos. Hay que inhibirse de todo siendo imparciales y pensar solamente en aquello que estamos haciendo porque si estamos bajo los efectos de la autosugestión puede ocurrir que los estímulos procedan de nosotros mismos y no del objeto que estamos buscando, confundiendo de esta manera el resultado de la búsqueda.
La radiestesia no es un hallazgo moderno. En las antiguas crónicas egipcias y romanas se encuentran referencias sobre el uso de estos instrumentos. A lo largo de todas las épocas han existido personas que poseían estas facultades que les permitía detectar energías sutiles que emanaban de la tierra y que utilizaban para la búsqueda de minerales y corrientes de aguas subterráneas. Durante la Edad Media se practicó mucho en toda Europa, pero, una vez más, La Inquisición la condenó relacionándola con la brujería, de hecho muchos zahoríes fueron quemados en la hoguera acusados de brujos. Pero la perseverancia humana hizo que se mantuviera latente, y a veces oculta, permitiendo que los buscadores y poseedores de estos conocimientos y facultades siguiesen desarrollando y practicando esta cualidad. Gracias al tesón de unos pocos, y a los devotos de las ciencias ocultas, la radiestesia pervivió a lo largo de los siglos hasta colocarse el lugar destacado que hoy ocupa.
Hay quienes opinan que en teoría todas las personas pueden llegar a ser radiestesistas porque todos tenemos, en mayor o menor medida, la facultad de percibir las ondas y radiaciones que emiten los objetos y los cuerpos. Y por lo tanto utilizar con éxito el péndulo o las varillas. Sin embargo, no es algo que se consigue en dos días sino que, como todo, se adquiere a base de práctica, fuerza de voluntad, entusiasmo, concentración y mucha paciencia, además tenemos que ser conscientes de que al principio las prácticas son monótonas y pesadas y que los resultados positivos pueden tardar en llegar. Pero si a pesar de todo queremos iniciarnos en esta práctica es necesario que sepamos que la concentración es uno de los requisitos más importantes dado que las distracciones pueden afectar a los resultados. Por eso debemos concentrar toda nuestra atención en el objetivo a buscar rechazando cualquier otro pensamiento. Si se quieren obtener resultados positivos se puede recurrir al tipo de concentración que se describe en el apartado "magia esotérica" que figura en esta web. Otro aspecto que no hay que olvidar es la autosugestión, enemigo número uno del radiestesista. No se debe buscar deseando que algo ocurra como nosotros queremos. Hay que inhibirse de todo siendo imparciales y pensar solamente en aquello que estamos haciendo porque si estamos bajo los efectos de la autosugestión puede ocurrir que los estímulos procedan de nosotros mismos y no del objeto que estamos buscando, confundiendo de esta manera el resultado de la búsqueda.
La radiestesia no es un hallazgo moderno. En las antiguas crónicas egipcias y romanas se encuentran referencias sobre el uso de estos instrumentos. A lo largo de todas las épocas han existido personas que poseían estas facultades que les permitía detectar energías sutiles que emanaban de la tierra y que utilizaban para la búsqueda de minerales y corrientes de aguas subterráneas. Durante la Edad Media se practicó mucho en toda Europa, pero, una vez más, La Inquisición la condenó relacionándola con la brujería, de hecho muchos zahoríes fueron quemados en la hoguera acusados de brujos. Pero la perseverancia humana hizo que se mantuviera latente, y a veces oculta, permitiendo que los buscadores y poseedores de estos conocimientos y facultades siguiesen desarrollando y practicando esta cualidad. Gracias al tesón de unos pocos, y a los devotos de las ciencias ocultas, la radiestesia pervivió a lo largo de los siglos hasta colocarse el lugar destacado que hoy ocupa.
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