lunes, 27 de septiembre de 2010

Malos hábitos

Desafortunadamente nosotros los seres humanos tenemos tantos malos hábitos que nos faltaría página para nombrarlos. Sin embargo hay malos hábitos que son peores que otros. Veamos con claridad cuáles son para poder combatirlos día a día y en su lugar cultivar hábitos para convertirnos en personas de provecho:


Echarle la culpa a otros


¿Acaso vivir culpando a los que te rodean, a la vida o al clima te ha ayudado a ser mejor? ... Es muy difícil concentrarse en lo que puedes hacer diferente cuando estás muy ocupado culpando a los otros y evadiendo la responsabilidad de tus actos. Presta atención a lo que eres capaz de lograr y no al espejismo de lo que no puedes por "culpa de esto o de aquello".


Soluciones temporales


¿Has visto cuando los padres les dan a sus hijos caramelos para calmarlos momentáneamente y luego como estos niños se vuelven llorones y malcriados?... Nosotros hacemos igual con nosotros mismos; tomamos nuestro caramelo sin medir las consecuencias futuras y es así como terminamos con problemas de dinero, relaciones sentimentales rotas, enfermos, etc, etc.


Dejar que el miedo decida por nosotros


Actuar por miedo es una forma segura de sabotear tu desarrollo personal y dejar que el miedo nos paralice es uno de los peores hábitos. La vida es para los valientes y la valentía es un don que todos poseemos. Desarrolla ese don. Aprende a luchar aunque te tiemblen las piernas.


Dejar todo para después


Cerrar los ojos a la realidad y posponer decisiones o acciones es un hábito negativo. Recuerda el viejo refrán "no dejes para mañana lo que puedes hacer hoy". Hay cosas que merecen ser ejecutadas en el presente. No pospongas tu vida.


Esperando y esperando


Esta es una de las formas más tristes de llevar tu existencia. Cuando hay que esperar hay que saberlo hacer con paciencia y sin desesperación pero tampoco no hagas de tu vida una constante espera. No aguardes eternamente a que el barco llegue y te lleve.Empieza a construir tu propio barco y embárcate en él. Movimiento, marcha, impulso y riesgos inteligentes invitan a las oportunidades.


Pereza


Es muy fácil ver las consecuencias de este mal hábito que siempre amenaza. Es verdad que todos poseemos diferentes niveles de energía y es verdad también que la vida no es solo trabajar o estudiar pero muchas veces la pereza y la apatía nos congelan y se vuelven una fuerza terriblemente obscura en el sendero hacia conquistar lo deseado.


Actuar por impulso


Cuántos arrepentimientos y cuántas lágrimas llegan por esas obras impulsivas. Antes de actuar analiza las consecuencias que traerán tus palabras o tus silencios. Pon en práctica tu sentido común. La ira o la euforia son malas consejeras. Cálmate, razona y entonces resuelve. Recuerda que la mejor decisión es aquella que trae paz a tu espíritu.

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