Si bien el concepto habitual que se tiene acerca del incienso en la mayoria de los paises de habla hispana está más relacionado con las varillas y conos que pueden conseguirse con facilidad, dentro de la práctica pagana éstas opciones son las menos ideales.
El trabajar con inciensos mezclados por el propio practicante cumple con varias misiones simultáneamente:
- permitir mayor versatilidad
- permitir mayor precisión en las correspondencias los rituales
- permitir una mayor focalización y canalización de las energías del practicante
El procedimiento en general es relativamente similar en todos los casos. Se reúnen los ingredientes necesarios, se energizan, y luego se comienzan a mezclar de a uno por vez, preferiblemente en mortero, usando en primer lugar las resinas, luego las hierbas, y terminando con los aceites. De existir algun elemento extra (vino, miel, etc) tambien debe incorporarse en último lugar. Todo el proceso debe acompañarse de concentración y focalización en el intento para el cual se confecciona la mezcla. Alguna gente sostiene que las mezclas deben realizarse con una cantidad de elementos impares, pero ésto no es necesario.
Existen muchísimas recetas variadas para múltiples propósitos. En general, sin embargo, veremos que tienen varios tipos básicos de uso, entre otros:
- invocación/evocación y ofrenda para Deidades
- aumento de la energía canalizada mediante el ritual en base a las propiedades de los componentes de las mezclas
- limpieza psíquica del espacio mágico
La creación y mezcla de nuestros propios inciensos es relativamente sencilla. Conviene que contemos, éso sí, con un mortero u otro recipiente que cumpla funciones similares. Esto nos va a permitir reducir y mezclar los elementos con mayor precisión. Un mortero de piedra o porcelana sirve perfectamente y puede conseguirse con facilidad en casas de cocina o química.
Las resinas, hierbas y aceites necesarios pueden conseguirse en herboristerías, santerías, y similares. Los precios van a variar, aunque en general suelen ser relativamente onerosos, más aún si la substancia en cuestión es rara o de difícil obtención. Entre las resinas más comunes pueden encontarse incienso, mirra, benjuí y sangre de drago (o dragón); como hierbas aromáticas el romero, lavanda, salvia y rosa.
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