Puede haber muchos motivos por los que queramos conservar nuestro trabajo: porque estamos cómodos en él, por el sueldo, por los compañeros, porque nos gusta, etc. Si es este tu caso sigue esta sencilla receta.
Necesitarás 3 velas de color verde. Sujétalas con el brazo izquierdo y enciende un carboncillo sobre un plato. Vierte también alrededor del carboncillo un poco de incienso y mirra.
En una bolsita mezcla polvos de talco y azúcar y guárdalo.
Enciende las velas y colócalas alrededor del contrato de trabajo. Mantenlas ahí hasta que se consuman y pide conservar este puesto de trabajo.
Cuando renueves el contrato vierte los polvos de talco y el azúcar en la puerta de tu casa.
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